Título original: En diálogo
Jorge Luis Borges & Osvaldo Ferrari, 1985
—En este caso, la conjetura es acerca de si además de la biblioteca inglesa de su padre, podríamos pensar en Ginebra como otra etapa que favoreció su culto del Norte.
—Sí…; precisamente en Ginebra yo leí otras sagas y las leí en inglés, en la versión de Everyman’s Library. Yo leí la saga de Egilskallagrimsson (La saga de Egil, hijo de Skalla el feo), y la saga de Njal, que la llaman «la Njulla» los escandinavos. Me impresionaron dos cosas: una, el hecho de que parece que fueron los islandeses quienes inventaron o descubrieron los rasgos circunstanciales, porque hay muchos rasgos circunstanciales, y yo creo que fueron ellos los que se dieron cuenta de que los rasgos circunstanciales pueden ser patéticos. Y luego, el espíritu épico que anima las sagas. El espíritu épico que siempre me ha conmovido; me ha conmovido mucho más lo épico que lo lírico y que lo elegiaco también.
—Bueno, ahí se ve, entonces, su afinidad con el Norte.
—Sí, exacto, es verdad; lo épico me conmueve mucho en cualquier literatura, en cualquier idioma. Lo sentimental me desagrada. Bueno, posiblemente porque soy sentimental y porque no soy épico, me gusta lo épico y no me gusta lo sentimental (ríen ambos); yo tiendo a ser sentimental, y no creo haber sido épico nunca, ¿no? (ríe).
—Otra conjetura.
—Otra conjetura, sí.
Título original: En diálogo
Jorge Luis Borges & Osvaldo Ferrari, 1985